A noche saben tus besos,
con olor a canela en rama,
así quedan mis ojos presos
si sobre mí te derramas.
Entre las sábanas blancas
tu mirada de luz de luna,
que va reflejando mi barca
en este mar sin espuma,
que sí arrastra tempestades,
conduciendo sin rumbo alguno
los temblores de nuestros cuerpos
igualándolos a huracanes
que culminan con dulce embrujo
arrastrados hasta tu puerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gusta: COMENTA...