jueves, 22 de febrero de 2018

La jaula

Yo no sabía
que dos borrones sobre el papel
fueran capaces de hacer más daño
que la violencia con que el villano
clava un puñal bajo la piel.

Jamás diría
que cuatro trinos mal entonados
harían ensordecer a los ascetas
que cambian leyes por bayonetas
y así quedamos todos callados.

No imaginaba
que algunos trazos desdibujados
para quienes imparten justicia
serían sinónimo de inmundicia
por no seguir lo que se ha dictado.

Y quién pensaba
que cada tecla en el piano
inquieta más que la metralla,
que su música es quien estalla
la conciencia en cada tirano.

Ahora resulta
más pesada cada palabra
y que la tinta es más violenta
que cualquiera de las afrentas
con que los golfos nos engañan.

Y de resulta,
es la censura quien campa libre,
y que la sangre a nadie le importa,
nos convendrá asumir la derrota,
y rellenarnos todos de mimbre.

Pero te digo
que mientras las ideas florezcan,
mientras palpiten los corazones
y se nos cargue más de razones,
déjalos libres para que crezcan.

Sé fiel contigo,
lucha por desatarte las alas,
aclara bien temprano la garganta,
y no pongas cuidado en lo que cantas
que no son para volar las jaulas.



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