viernes, 3 de octubre de 2014

Tormento

En esta noche perdida,
tan carente de amapolas,
se va escurriendo la vida,
entre silencios y sombras.

Sombras que alcanzan el día,
disfrazadas de rumores,
que sepultan la alegría,
emponzoñando las flores.

Flores blancas dibujadas
sobre un antifaz de plata;
la más fútil mascarada
que mi yerta faz aguanta.

Aguanta por compromiso,
por no dar contento a nadie,
por no acabar en el piso,
que así lo quisiera alguien.

Alguien que, de todos modos,
no debería importarme,
que para hundirme en el lodo,
conmigo habría de bastarme.

Bastarme como la Luna
que a los amantes abriga,
que abandonó nuestra cuna
en esta noche perdida.

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