¿Cómo podrías escribirme,
con mis ansias por leerte
y tus ganas de abducirme?
No alcanzaría a comprenderte
cuando quisieras decirme
que volara libremente.
La leyenda de Medea,
las batallas de los salios,
¿dónde ahora se recrean?
¿Dónde el ingenioso hidalgo,
los molinos, Dulcinea,
y los sueños que cabalgo?
¿Quién, de Neruda o de Mario
tiene ahora testimonio,
con helenos y romanos?
¿Dónde ahora los demonios
quedarán a buen recaudo
entre los más gruesos tomos?
¿Dirás que la guerra es arte,
que hay prodigio en las ciudades,
si no hay con lo que contarte?
¿Qué haremos con las verdades
sino dejarlas aparte,
acrecentando los males?
¿Dónde se alojará el saber,
la cultura, la sapiencia,
y las formas de proceder?
¿Dónde el árbol de la ciencia?
¿Dónde quedó el 'ser o no ser'?
¿Dónde está nuestra existencia?
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