domingo, 23 de abril de 2017

La ciudad de los prodigios

Presuroso se apaga un cigarro,
la garganta que empieza a quemar,
por la obra del vino barato,
por la gracia del negro alquitrán.

Los manteles cubiertos de barro,
algún vidrio jede a pacharán,
sinfonías de risa y piano,
melodías en 'Els Quatre Gats'.

Solo, un hombre, sentado, observando
la ciudad que aspira a conquistar,
la ventana su vaho va nublando,
su mirada, muy lejos de allá-

Sabrá Dios qué es lo que está tramando,
qué le trajo hasta esta catedral;
tal vez sólo se halla esperando
al secuaz con que cumplir su plan.

Del ensueño ya va retornando,
La Vanguardia vuelve a hojear.
El veneno guarda a buen recaudo,
aguardando estocadas que dar.

Asegura quien le va rondando,
como Onofre es que se hace llamar;
pisó tierra como provinciano,
mas llegó sólo para reinar.

Foto del restaurante 'Els Quatre Gats', que está hoy como entonces.
Fuente: http://m.cdn.blog.hu/ca/catalunya/image/q/el4gats04.jpg 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te gusta: COMENTA...