Apenas la balaustrada cede a la vista
el gozo de contemplar tu esbelta figura,
en ese instante fugaz en que el puente cruzas,
camino del carnaval, nada te despista.
Deslumbras con tu corsé de fina blancura,
con esa falda y tus guantes tan conjuntados,
guardando cabello y faz muy bien ocultados;
preservando así el secreto de tu hermosura.
No defraudarás seguro al digno de verte,
en cuanto esa máscara de tu rostro apartes,
justo antes de que en su lecho te haga tenderte.
soñando en vano con la ilusión de tenerte,
por falta de hombría que me lleve a buscarte.
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