eso que llaman bienestar
es la más cruel de las mentiras.
Una absoluta pantomima,
que como en un truco de magia
saca provecho a la ignorancia
de un modo que ni te imaginas.
Ya está bien de burlarse de los sentimientos,
porque aquí hasta el más cauto pierde la paciencia,
y es capaz de dejar un reguero de muertos.
Esta panda de trileros
toma como un juego
la vida del otro;
no les importa en verdad
la justicia o la dignidad como a nosotros.
Porque aquella la compraron
con tu dinero y el mío,
les importaba un comino
cómo quedase tu plato.
A la otra sin embargo,
la dejaron olvidada,
en una de esas moradas
que les gusta frecuentar.
Esas donde les sonríen
con muy buena cara,
a cambio de cuatro perras,
y sus "vergüenzas" se tragan.
Es el mismo trato que dispensan
con total desfachatez
al ciudadano de a pie;
será tal vez que nos agrada
el aire rancio de su aliento
cuando roza nuestra piel.
Quizá sea hora de enseñarles
que su pueblo no se amedrenta,
a esta mancha de mangantes,
cantándoles las cuarenta.
Pido a mi gente que despierte
y que demuestre toda su audacia,
que es hora de devolverle
el significado a la democracia.
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'La Libertad guiando al pueblo', de Eugène Delacroix |
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