Depositas la mirada
por encima de los hombros,
mas bajándola hasta el fondo
de mi mano en ti apoyada.
La contemplas, extasiada,
disolviendo los escombros,
que se quedan en rescoldos
de mi otrora alma dañada.
Siempre aciertas cuando dejas
la lástima en el olvido,
alimentando las rejas
de los amores perdidos;
aquellos que nos manejan
cuando nos cortan los hilos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gusta: COMENTA...