La aurora estalla artificios,
sobre un rojo y tibio lienzo,
que nos señala el comienzo
del día portando vicios,
que alimentan pensamientos,
sin mesuras y sin juicios,
dejándonos al servicio
de rumores y lamentos,
que son quienes alimentan
con el hambre y la desidia,
estómagos que atormentan;
espíritus cuya envidia,
para el disfrute se presta
del que te arranca la vida.
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