Al cielo la vista elevo
olvidándome de prisas,
vuelan mis sueños con brisas
de tu aroma marinero.
Por mi testa, en sus senos,
silbar de gaviotas viertes,
con tu arrullo se convierten
en olas de tu reflejo.
Es el mismo cuya espuma
desluce al Sol con el viento,
en forma tan oportuna
que no entiende de lamentos
aunque suspiren las dunas
por que llegue ese momento.
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