Si naciste del viento y la aurora,
y creciste entre nubes de sal,
te acompaña el rumor de las olas
y te nutre el aroma del mar,
es posible que alcances las lomas
más hermosas que el mundo verá,
pero el dulce vuelo de paloma,
ese baile, jamás lo tendrás.
Tú te dejas llevar como pluma,
bandeando sin rumbo final
y te alzas sorteando la bruma.
Las salinas que habrás de alcanzar
cuando estalles igual que la espuma,
con silbidos se te anunciarán.
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